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Página personal de Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA  

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Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, "La Iglesia de Nuestra Señora del Reposo, de Valverde", en BOOH 393 (jul.-sept. 2008) 259-267. ISSN 1887-8970

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LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DEL REPOSO, DE VALVERDE

            La Dirección General de Bienes Culturales, de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, ha trazado un ambicioso plan cultural denominado Andalucía Barroca 2007, cuyo objetivo es la recuperación, el estudio, y la difusión de un patrimonio cultural que se produce y recibe en Andalucía durante los siglos XVII y XVIII, y que abarca todas las manifestaciones culturales decisivas en la conformación de las señas de identidad del pueblo andaluz. El proyecto se ha venido desarrollando desde julio de 2007, y ha consistido en la celebración de un congreso internacional en Antequera, y las exposiciones La Roldana (Sevilla), Fiesta y simulacro (Málaga), El fulgor de la plata (Córdoba), Antigüedad y excelencias (Sevilla), Teatro de grandezas (Granada), La imagen reflejada: Andalucía, espejo de Europa (Cádiz), y varias exposiciones itinerantes, entre ellas la de Huelva, inaugurada el 22 de septiembre de 2008. Otra actividad de primera magnitud ha sido el plan de restauraciones de monumentos y bienes muebles en todas y cada una de las provincias.

            En la provincia de Huelva, entre los posibles beneficiarios, fueron elegidos el retablo mayor de la parroquia de las Angustias de Ayamonte, el órgano ibérico de Castaño del Robledo, y las fachadas de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. del Reposo, de Valverde del Camino. Ya hemos tratado del órgano de Castaño[1]. En el presente estudio, versaremos sobre esta última obra: sus orígenes, su proceso constructivo y la reciente restauración. La restauración fue presentada in situ por la Consejera de Cultura, Rosa Torres, el 8 de octubre de 2008.

La primitiva iglesia parroquial

            La aldea de Facanías figura entre las poblaciones del Condado de Niebla, cuando éste es creado en 1369.Ya en 1411, en que se compone el Libro Blanco, de la Catedral de Sevilla, la aldea de Facanías, de la vicaría de Niebla, era atendida por un clérigo, dotado con media prestamera[2]. Posiblemente a fines del siglo XV comienza a denominarse Valverde del Camino, por su estratégica situación viaria, lugar de descanso obligado para la ruta entre la Tierra Llana y la Sierra, Extremadura y Ruta de la Plata.

            Sería entre la segunda mitad del siglo XVI y principios del XVII cuando se levante un gran templo, con planta de cruz latina[3], que es el núcleo de la iglesia parroquial que hoy conocemos. La construcción, comenzada años atrás, se habían detenido en 1582. En 1588 se reemprende el trabajo, y al año siguiente fueron visitadas las obras por Pedro Díaz de Palacios, que estaban siendo realizadas por el alarife Diego García[4]. El hecho de haberse contratado su retablo mayor con Pablo Legot en 1630[5] es indicio de que las obras de arquitectura estaban ya terminadas. Aquel primer templo, de planta de cruz latina, contaban con una sola nave de dos tramos, cubiertos con bóvedas vaídas y media naranja reticulada en el crucero, conforme al esquema utilizado por Hernán Ruiz en la iglesia de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús de Sevilla. Al exterior tenía tres portadas de ladrillo cortado[6].

            Los daños producidos por el terremoto de 1 de noviembre de 1755 motivaron que se planteara dar solución a un problema que venía arrastrándose desde hacía un siglo, a saber, que la población había crecido tanto que aquel templo se había quedado pequeño, y, desde luego, totalmente insuficiente para albergar a los fieles del lugar, mas los pasajeros que hacían noche en las ventas y posadas, y asistían a la misa de alba antes de reemprender la marcha. El 16 de septiembre de 1756, el procurador de la fábrica parroquial de Valverde solicitaba del Provisor que autorizara la reparación y la ampliación del templo[7].

Se proyecta ampliar la iglesia

            A instancias del Provisor, en octubre de 1756 visitó la iglesia el arquitecto Pedro de San Martín, quien no dio mayor importancia a los daños, pero, en cambio, dictaminó que se extendiera el edificio. Se añadiría un tramo más por los pies, cubriéndose de bóveda, como la parte anterior, y se desmontaría la antigua portada para volverla a montar en el nuevo testero[8].

            Sin embargo, el pueblo no consideraba suficiente la extensión proyectada por Pedro de San Martín, por lo que recurren de nuevo al Provisorato[9]. Es ahora Pedro de Silva, maestro mayor de fábricas del Arzobispado, quien interviene en julio de 1757, y proyecta con detalle la ejecución de la ampliación de un tramo de bóveda en los pies, ya indicada por Pedro de San Martín. Para ello, era preciso adquirir y derribar ocho casas. Silva proyecta la reparación de las criptas de enterramiento, la construcción de una nueva sacristía, adosada a la torre, y dos nuevas capillas, una a cada lado de la nave central[10].

            La obra proyectada fue aprobada por el Provisor y habría de ser financiada por las cuartas partes decimales y con fondos propios de la fábrica parroquial. Se le encargó la administración de las obras al presbítero José García Caballero[11].

            Surgieron dificultades en el derribo de algunas casas para la extensión de la iglesia por los pies, por lo que se sugirió que se redujera la ampliación por los pies, y, en cambio, se ganara espacio extendiéndola en anchura. Para estudiar esa posibilidad, pasó a Valverde Pedro de Silva en agosto de 1759, quien proyectó añadir una nave por cada lado, abriendo arcos en los muros del antiguo templo de cruz latina. De esta manera, la ampliación por los pies sería menor: en vez de ser de un tramo completo de bóveda, será de media bóveda. Además, el coro, que ocupaba un tramo de la única nave, se desplaza a los pies, y, en lugar de una puerta principal, se abren dos puertas a los pies de las dos nuevas naves laterales.

            “Está prevenido que se haya de adelantar una bóbeda entera, ésta pueda ser media, en cuia extención puede ponerse el coro, arrimado a la pared testero, dejando ciega su puerta principal por defuera, y sentada su portada, como por las dichas condiciones está prevenido, y también se deberán sentar portadas en las dos puertas, y se han de dexar una a cada lado de la dicha, y que éstas sean a su correspondensia, por ser toda de limpio, hermosa, y en simetría, como también havrá de quedar todo el frente de dicha yglesia con sus hornatos correspondientes a su proporción y en buena simetría, en cuio estado la tribuna que estaba dispuesto fuera bolada con repisas sobre el coro ahora pueda ser corrida, que coja las tres naves, dando lugar para hórgano, y todo lo demás que se necesite”.[12]

            El 12 de noviembre de 1759, Pedro de Silva firma condiciones individuales de la nueva extensión de la iglesia de Valverde. En el informe, reitera lo proyectado sobre la fachada de los pies, con dos puertas laterales abiertas, y la central ciega, porque el coro ocupa su espacio:

            “Savida cosa es entre los facultativos que la pared testero de los pies de la yglesia a de tener su media muestra, que corresponda a las pilastras, que siendo ellas de faxa, le corresponde media, y en atención a que la extención que havía de ser una bóbeda entera, aora no es más de media, en la qual ha de quedar el coro arrimado a la puerta principal, quedando ciega, esta operación puede ser de dos modos, y ambos buenos: el primero, siendo la referida extención en arco, que corresponde a los demás, que se dirán adelante, por cuio medio queda el sitio de ellos, y el sobrante del coro diáfano, y de más uso. El segundo puede ser todo el referido adelantamiento pared corrida, y en ella puertas colaterales de entrada a el coro, a el qual, añadiéndole dos sillas que bien las necesita, para la clerecía que ai, cogerá todo el ancho de la yglesia, y con sus puertas colaterales y la tribuna en la forma que está prevenida por las condiciones antesedentes, será también obra hermosa y fuerte, y aun de menos costo que la antesedente [...] ocupar algo de las naves, las mezas de los altares, por quedar fuera de la línea, aunque de un modo o de otro es obra aprovada.
            “En la pared testero en la extención de dichas naves han de quedar sus puertas, que son las que quedan de uso a dicha yglesia, por quedar ciega la principal, éstas quedarán a la anchura y altura correspondiente, para que puedan entrar y salir por ellas las andas y pasos de que se usa en las proseciones, como asimismo se les echará por defuera el hornato y puertas que corresponde a un templo de la magnitud que oi queda, y lo mismo se hará en las dos puertas colaterales, que ahora se desbaratan sus portadas, bolviéndolas a sentar en el entrepaño más próximo a la capilla mayor, por ser los sitios más convenientes a el uso del pueblo, aprovechando de éstas y de la principal todo quanto se pueda, por ser primorosas y de bella arquitectura
[13].

            Resultó exitosa la solución de ampliar la capacidad de la iglesia trasladando el coro desde el centro de la nave a los pies. Así se hace en Trigueros y en Bollullos. En lugar de la puerta central, se abren dos puertas laterales, y se decora el hastial con una puerta central ciega.

Proyecto definitivo

            Sin embargo, los maestros de obras, aconsejados por el administrador y por el clero y cabildo local, introdujeron una mayor ampliación, construyendo dos naves -una de paso y otra de capillas- por cada lado, y redondeando las cuatro esquinas del edificio. El procurador del Cabildo catedral protestó el 3 de junio de 1760, y pidió que se presentara un plano de lo que se estaba haciendo: “pongan en estos autos el plano que se dice hauer de dicha obra”. El Provisor ordenó, además, que se paralizara la obra[14]. Gracias a este mandato, se levantó el plano, que se encuentra inserto en el fol. 57 del expediente.

            Pedro de Silva emite un nuevo informe el 28 de junio de 1760, y ratifica que, además del aumento de las dos naves laterales, se han añadido otras dos naves más, cada una a su lado, de las que se han levantado cuatro varas de alto. Ya se habían levantado dos varas de la pared de los pies, dejando dos huecos para las puertas laterales[15].

            En la visita siguiente, informada el 5 de septiembre de 1760, Pedro de Silva tuvo delante el plano referido, que no era de su mano, sino, posiblemente, de Tomás Botani. Da las instrucciones oportunas para la continuación de la obra, y recuerda que se debe aprovechar la portada de los pies de la antigua iglesia, para reponerla en el nuevo testero:

            “En la puerta principal, que se halla oi formada, ai sentado basamento para hazer otro género de portada, estando prevenido por las principales condiciones de esta obra que, por ser la portada principal que oi tiene la yglesia de ladrillo cortado y de bella arquitectura y de mucho valor, ésta se aiga de sacar y bolver a sentar en su lugar, reparando sus daños en lo que fuere menester, lo que assí se deve executar, por combenir en todos términos, procurando para su asiento, si acaso faltaren (que sí faltarán) fundamentos en lo executado para su asiento de pedestales, sacarlos desde abaxo en la misma forma que se dixo de las pilastras interiores, previniendo que la referida portada deve ir sentándose a el mismo tiempo que se bayan construyendo las demás labores, para que toda esta obra baya en iguales partes haziendo su assiento y enjugo”.[16]

            Tras una nueva escritura de obligación por parte del administrador y de sus fiadores, continuó la obra, según el plano indicado, y conforme a las orientaciones de Pedro de Silva[17]. Hacia 1765 estarían ya las portadas hechas, y decorados sus paramentos con vistosos esgrafiados, a base de motivos polícromos vegetales y geométricos, y paneles azulejos, que en 2007-2008 han sido objeto de restauración. Las portadas responden a una tipología clasicista, de vano adintelado flanqueado por dobles pilastras toscanas, entablamento dórico y frontón partido.

            Las portadas lucen azulejos polícromos, realizados en Triana por José Francisco Gil en 1765, año que aparece en panel de la Virgen del Reposo, que decora el ático de la portada principal, siguiendo el modelo del grabado del Libro de Reglas de la Hermandad, firmado por “J. Valdés”, hacia 1758. Reproduce el mismo texto: “Concebida María en grasia.- Devoción a Nvestra Sª del Reposo de Balberde del Camino”. En las metopas de la falsa puerta se contienen seis placas con figuras de santos, entre ellos, San Lorenzo, Santiago el Mayor, San Juan Evangelista, San Benito y Santa Teresa de Jesús, y, en los paneles laterales, a San Pedro y San Pablo. La portada del lado del evangelio muestra en sendos paneles a San José con el Niño, en el ático; San Diego de Alcalá y un santo arzobispo en las pilastras que enmarcan la puerta. La portada de la epístola representa en el ático a la Inmaculada, y, en las pilastras, a San Joaquín y Santa Ana maestra. Otro retablo de azulejos representa al Cristo de Ánimas, situado sobre la puerta de Ánimas, que daba acceso a la bóveda de enterramientos.

            Surgieron problemas en las cubiertas, debido a las nieves caídas en enero de 1766. Pedro de Silva dictó nuevas instrucciones para su remedio[18]. La fábrica parroquial solicitó el 23 de septiembre de 1768 autorización para enlucir las paredes antiguas e igualarlas con las nuevas. No pudiendo acudir Pedro de Silva, por enfermedad, visitó las obras Ambrosio de Figueroa, quien emitió su informe el 27 de octubre de 1768. En él comprueba lo ejecutado, conforme a los informes anteriores, en las cubiertas y en los enlucidos, y considera también la reparación de la torre[19].

            Finalmente, Pedro de Silva dictó su informe de final de obras el 3 de agosto de 1771, mostrando su plena satisfacción con el resultado, tanto en su aspecto externo como en la solución de las cubiertas. Encontró no sólo haberse ejecutado lo que estaba proyectado, sino “auerse excedido en mucha parte; pues en las naves adelantadas por voluntariedad de esta villa, en todas sus capillas tienen sus bóbedas linternas de luzes, con todas sus prevenziones correspondientes”; y afirma que “están acabadas las dos puertas colaterales, que están en el testero principal”.[20] No cabe, pues, duda de que la fachada de los pies se proyectó y se ejecutó con una falsa puerta central ciega, y con dos puertas laterales, abiertas a las naves del evangelio y de la epístola, respectivamente. Así se hizo, y así permaneció, y así se ha demostrado al abrirse al puerta en el muro de carga, con motivo de la restauración de los revestimientos paramentales.

La torre

            Pocos años después se acometió la obra de la torre, en la que intervino Ambrosio de Figueroa, aunque los alarifes que realmente ejecutaron la obra fueron los italianos Tomás Botani y Ángel María Monti. Pedro de Silva se quejaba en 1777 de lo ambicioso del proyecto de la torre de Valverde. Cuando informaba sobre la torre de Manzanilla, expresaba su admiración por la riqueza del trabajo, pero no ocultaba su inquietud por lo costoso de las obras de muchas iglesias, que se embarcan en gastos que no pueden afrontar, y se quedan largos años paradas. Y a modo de ejemplo, citaba la torre de Valverde:

            “[...] en el sentir del Maestro Mayor, no tiene la culpa el pueblo, sino los maestros que los engañan, que por no sujetarse a los proyectos de el Maestro Mayor, y figurarse más sabidos, emboban a la gente [...] hasta que poco a poco ban metiéndolos en varrancos de donde no pueden salir, como subcedió en Valverde, en Trigueros, que tantos hay que la torre está parada, y subcederá en Aláxar si Dios no lo remedia, o mudan de intención[21]

            Afortunadamente, no se cumplieron los sombríos presagios del maestro mayor de Sevilla, y la torre se concluyó. El 19 de enero 1817 sufrió los efectos de un fuerte temporal, que derribó la cruz y la veleta, y quebró el chapitel y la misma torre. Emitió su informe Santiago de la Llosa y Francisco del Valle, maestros mayores de fábricas y de carpintería, respectivamente, el 12 de diciembre de 1817. Finalmente, las obras se llevaron a cabo entre el 15 de mayo de 1820 y el 10 de noviembre de 1821. Emitió su informe el maestro mayor Juan José de Rosales, en mayo de 1821, y se aprobó el auto de cuentas el 23 de agosto de 1821[22].

La restauración de 2007-2008

            La restauración de las fachadas de la iglesia de Ntra. Sra. del Reposo, de Valverde, incluida en el programa Andalucía Barroca, ha sido dirigida por el arquitecto Carlos Bolaños Hernández, y el arquitecto técnico José Manuel Benito Vázquez. La obra fue adjudicada a la empresa Estudio Métodos de la Restauración, S.L., y en ella la Consejería de Cultura ha invertido la cantidad de 667.005,89 euros.

            Según la breve memoria explicativa de la obra, repartida entre los asistentes al acto de inauguración, el proceso de restauración ha consistido en un picado inicial de todos los paramentos, hasta sacar la fábrica original de mampostería, con la precaución de detectar y respetar los restos de la policromía pictórica que servía de decoración a los muros perimetrales. Localizados los fragmentos pictóricos, se procedió a su limpieza y reintegración.

            Igualmente fueron recuperados, o sustituidos en su caso, todos los elementos deteriorados, de cornisas, molduras, salientes, pináculos, etc., siguiendo el modelo de los elementos conservados. Los muros se han acabado con pintura mineral al silicato, en tono ocre, mientras que las portadas, las cornisas, las pilastras y demás molduras decorativas han sido pintadas en almagra.

            Se ha abierto una puerta en el centro del hastial, que no existía, como se ha comprobado al tener que abrir el hueco en el muro de carga, y como lo testimonian los documentos originales. También se ha actuado sobre las linternas de las cubiertas, consolidándolas. La misma operación que en las portadas y muros se ha realizado en la torre, decorando sus paramentos con el mismo criterio que el empleado en las fachadas.

            La decoración pictórica de los muros ha sido reintegrada en cuanto ha sido posible. También se han consolidado los paneles cerámicos.

            Finalmente, se ha actuado sobre el porche que circunda la iglesia, y se ha reformado la escalinata que da acceso al templo desde la calle Rodrigo Caballero, centrándola en eje con la fachada. Se realiza un graderío que conecta el nivel del porche con la calle María Auxiliadora. En esta parte se ha empleado el bordillo de granito, el mármol gris abujardado en solerías, y el baquetón de mármol gris para remates.

Acto de presentación

            El acto de presentación tuvo lugar el 8 de octubre de 2008, y fue presidido por el Sr. Obispo de la Diócesis, Mons. Vilaplana, la Sra. Consejera de Cultura, Dª. Rosa Torres, y el Alcalde de Valverde, D. José Cejudo, con la asistencia de autoridades provinciales y locales, y un numerosísimo público. Tras las intervenciones de la presidencia, el coro Evocación, del Centro Día de Mayores interpretó una selección de habaneras populares de Valverde. Seguidamente, el arquitecto ofreció sus explicaciones en un panel gráfico, y en un recorrido por las fachadas del templo.

 

Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA

NOTAS


 

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[1]. CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús, “El órgano de Castaño del Robledo, restaurado por Grenzing”, en BOOH, 392 (abr-jun 2008) 183-188.

[2]. MUÑOZ TORRADO, Antonio, La Iglesia de Sevilla en el Siglo XIII. Estudio histórico. Sevilla, 1914, pág. 177: aparece como La Façania.

[3]. Así aparece en un pequeño croquis de 1756, en ADH, Justicia, Valverde, caja 519, “Valverde. Año de 1756. Valverde. Autos sobre la obra de esta Yglesia”, fol. 4.

[4]. ARROYO NAVARRO, Francisco, Historia de la Parroquia de Valverde del Camino (Huelva). 1469-1950. Una espiritualidad y un esfuerzo. Valverde del Camino, 1989, págs. 30-32.

[5]. AGAS, leg. 387,2, s.f. FALCÓN MÁRQUEZ, Teodoro, Documentos para la historia de la arquitectura en Huelva y su provincia, Huelva, Diputación Provincial, 1976, págs. 235-238.

[6]. OLIVER, Alberto, Alfonso PLEGUEZUELO y José María SANCHEZ, «Valverde del Camino», en CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús [et alii], Guía artística de Huelva y su provincia, Sevilla, Fundación Lara-Diputación Provincial de Huelva, 2006, pág. 279.

[7]. ADH, Justicia, Valverde, caja 519, “Valverde. Año de 1756. Valverde. Autos sobre la obra de esta Yglesia”, fols. 1-1vº.

[8]. Ibidem, fol. 3: Informe de Pedro de San Martín, de 6-10-1756.

[9]. Ibid., fol. 16: Solicitud de 22-6-1757.

[10]. Ibid., fols. 17-19 vº: Informe de Pedro de Silva, de 20-7-1757.

[11]. Ibid., fols. 22 vº - 38 vº.

[12]. Ibid., fols. 43-44: Informe de Pedro de Silva, 29-8-1759.

[13]. Ibid., fols. 53-53 vº: Informe de Pedro de Silva, 12-11-1759. El subrayado es nuestro.

[14]. Ibid., fols. 56-56 vº.

[15]. Ibid., fols. 59-60: Informe de Pedro de Silva, 28-6-1760.

[16]. Ibid., fols. 61-62 vº: Informe de Pedro de Silva, 5-9-1760.

[17]. Ibid., fols. 67-78.

[18]. Ibid., fols. 87-88 vº.

[19]. Ibid., fols. 92-93 vº.

[20]. Ibid., fols. 119-119 vº.

[21]. Informe de Pedro de Silva, 11-8-1777: en OSSORNO Y ESCOBAR, Pedro, Apuntes religiosos y seculares  [...] de Manzanilla.[...] La Torre, pág. 10, reproducido en GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Catálogo monumental de la provincia de Huelva, t. I, Huelva, Universidad, 1999, págs. 338-340.

[22]. ARROYO NAVARRO, Francisco, Historia de la Parroquia de Valverde del Camino (Huelva), o.c., págs. 174-178.